El reloj de mi cocina

Cuando terminamos nuestra nueva cocina, todo el mundo nos decía que nos faltaba un reloj. Así era pero yo no quería cualquier reloj, los que me gustaban eran muy caros y prefería no poner nada a poner algo que no me gustara.

Entonces vi los relojes adhesivos y supe que eso era lo que quería para mi cocina. Mi marido estuvo de acuerdo y así, una tarde de noviembre, mi hija mayor y yo nos pusimos manos a la obra.

La maquinaria y agujas provienen de un reloj Rusch de Ikea (1,75 euros). Los números los hicimos con un vinilo adhesivo con estampado de vaca, un motivo que se repite en esta cocina. El diseño de los números lo hicimos en Word.

Este es el resultado, que nos encanta, y del que me siento bastante orgullosa, porque son muchas las cosas que me gustaría hacer y pocas las que llevo a cabo.

Tengo que añadir que el forro de madera de la campana es obra de mi hermano mayor, a juego con la mitad inferior del resto de la cocina. 

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